Sachez desentraña esa cercanía del cuidador con el enfermo y
no nos hurta ni las heces, ni el mal humor, ni los vómitos, ni el cuerpo
ovillado, ni las salidas de tono: todo ese desmoronamiento humano hacia el
centro de la nada, apuntalado por un sentimiento de dignidad con naturaleza
diamantina.
Reseña completa
No hay comentarios:
Publicar un comentario